Se trata de un artículo de opinión publicado el 14 de enero de 2009 en el periódico argentino La Nación (http://www.alcmeon.com.ar/15/59/09_dimarco.pdf), en el que la periodista LAURA DI MARCO realiza una entrevista al doctor y psiquiatra HUGO RUBÉN MARIETÁN, profesor de la Universidad de Buenos Aires (Argentina).

El artículo no sólo es interesante porque nos pone en alerta sobre los denominados psicópatas “de fuste”, sino porque también nos relata un fiel reflejo de lo que los especialistas entienden por psicópata integrado, el tipo de psicópata no criminal que vive con y entre nosotros.

Los rasgos de personalidad, emociones y relaciones interpersonales que cita y describe MARIETÁN son sólo algunas de las características esenciales de la psicopatía, tal como viene siendo entendida clásicamente desde que el doctor y psiquiatra norteamericano HERVEY MILTON CLECKLEY publicara su influyente obra The Mask Of Sanity (La Máscara de la Cordura) en 1941, y posteriormente, en 1976, la re-editara con cambios sustanciales y nuevos hallazgos que encontró sobre los denominados psicópatas subclínicos (integrados) que él mismo recibía y atendía en su práctica clínica privada.

Según algunos autores, el porcentaje de psicópatas integrados en la población general alcanza entre el 1% y el 2% (según el punto de vista de cada autor). De esta guisa, en Estados Unidos se barajan cifras de hasta 2 millones de psicópatas integrados que pululan entre nosotros, de los que unos 100.000 estarían residiendo en la ciudad de Nueva York (HARE, 1993, 2003).

En España, las cifras que se barajan son más bajas, pero no menos inquietantes: por ejemplo, el doctor VICENTE GARRIDO, profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de Valencia, estimó en su libro El Psicópata: Un Camaleón en la Sociedad Actual (publicado en 2000) que en nuestro país deben andar sueltos unos 800.000 psicópatas integrados.

Independientemente de la inquietud personal y social que pudieran provocar estás cifras (que, por lo demás, estarían pendientes aún de estudios científicos que las avalen), la realidad de las mismas, actualmente, viene siendo apoyada por numerosas investigaciones de rigor que están poniendo de relieve y con claridad la incidencia de este subtipo de psicópatas no delincuentes, fundamentalmente en los ámbitos político, empresarial/corporativo y en las relaciones de pareja.

Sin duda alguna, «el inquietante mundo de los psicópatas que nos rodean», como subtitulaba en 1993 el doctor y psicólogo canadiense ROBERT D. HARE en su obra de 1993, Without Conscience (Sin Conciencia, publicada en castellano en 2003), es un mundo que muy probablemente sólo lo entiendan ellos/as mismos/as en toda su extensión, si bien los investigadores llevan décadas tratando de sondear tanto las causas que originan esta anomalía (que no trastorno) de la personalidad como los factores biológicos, psicológicos y sociales que pudieran estar en la base y que fomentan y mantienen el desarrollo del síndrome.

Es importante matizar que HARE, a pesar del título principal de su libro, no pretende transmitir la idea erróneamente captada por algunos autores de que los psicópatas no tengan conciencia en el sentido de que ello implique ausencia de conciencia y, por tanto, se les pueda clasificar como enfermos mentales. Ésa no es la cuestión.

Según HARE, lo que exactamente está ausente en los psicópatas, ya sean éstos del tipo criminal o del tipo integrado, es la conciencia moral, ésa que a la mayoría de las personas normales y también a muchas personas que sufren trastornos mentales y/o problemas psicológicos sin rango de trastorno sirve de “freno” para evitar cometer conductas que dañen a los demás. La ausencia en los psicópatas de una conciencia moral, aunque conozcan el bien y el mal, aunque sepan perfectamente lo que está bien y lo que no, viene potentemente reforzada por una total ausencia de escrúpulos, así como por una inquietante insensibilidad y falta de sentimientos de culpa y de remordimientos por sus acciones.

Aunque los estudios con los denominados psicópatas integrados son, hasta hoy, bastante menos prolíficos en comparación con los realizados con muestras de delincuentes encarcelados, actualmente el doctor y psicólogo industrial PAUL BABIAK lleva desde 1994 una línea de investigación muy interesante sobre la incidencia y prevalencia de la psicopatía en contextos empresariales, industriales, corporativo y/u organizacionales, donde parece ser que abundan sobremanera los psicópatas integrados.

En 2006, y en coautoría con el doctor HARE, publicaron un libro interesante que ya es en sí mismo muy significativo por su título y subtítulo: Snakes in Suit: When Psychopaths Go to Work (Serpientes Vestidas de Traje: Cuando los Psicópatas Van a Trabajar).

Desde luego, sería muy interesante y conveniente comenzar a ampliar esta nueva línea de investigación en España a otras parcelas de la vida cotidiana, tanto con sujetos dedicados a la política o al mundo empresarial como con aquellos que desempeñan sus funciones en otras profesiones socialmente vistas como respetables, que sin duda lo son, pero con esas serpientes dentro de las mismas. El testigo de CLECKLEY, pues, ya ha sido tomado y comenzó a investigarse con procedimientos científicos hace ya casi más de tres décadas (WIDOM, 1977; HALL y BENNING, 2006). Sólo queda esperar a que sigan proliferando estos estudios de investigación, los cuales continuando avalando lo que hoy en día es ya una realidad incuestionable: la existencia de los psicópatas integrados, “con éxito”, “de andar por casa”… que nos rodean.

Un comentario

  1. […] En este post no voy a referirme a los problemas de comunicación, pero si quiero referirme a unos grandes pero dañinos comunicadores: LOS PSICÓPATAS. […]